El miedo a la mudanza a menudo causa trastornos físicos pero también psicológicos. Dejar el hogar, el espacio familiar o los hábitos puede ser complicado. A primera vista, la idea de conquistar un nuevo lugar parece imposible y esta prueba puede ser percibida rápidamente como estresante, aterradora, pero en sí misma igual de emocionante.
¿Por qué un movimiento puede causar un shock emocional?
La mudanza supone un cambio en su vida diaria y en algunos casos puede estar vinculada a una pérdida de identidad. Debemos recordar que nos construimos en contacto con el entorno y asociamos imágenes y recuerdos fuertes con los lugares. Cumpleaños, celebraciones familiares, encuentros espontáneos entre amigos. Este conjunto contribuye a la creación de la identidad social y cultural del individuo.
En sí mismo, evolucionamos con interacciones que apelan a nuestros 5 sentidos. Así, un movimiento no destruye una personalidad, sino que modifica los mapas de nuestro paisaje social e implica el sentimiento de aniquilación de los momentos vividos en ese paisaje.
Esta pérdida de puntos de referencia es aún más obvia cuando se cambia de ciudad, y en sí mismo este miedo puede estar relacionado con otros factores como el estrés de la mudanza o simplemente el miedo al cambio.
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¿Son anormales estos temores?
No, cualquier cambio genera estrés, es como un mecanismo de nuestro cuerpo que se alarma porque está a punto de cambiar y tiene que adaptarse a una nueva situación y contexto. La hora actual
La sociedad en la que vivimos nos ordena querer controlarlo todo. En efecto, ahora se considera importante ser un buen gestor de la vida; esta voluntad de gestionarlo todo, de conocer absolutamente todo sobre sus lugares parece permitirnos acceder a una cierta serenidad.
Por lo tanto, es normal que un cambio sea alarmante. El miedo a perder esta estabilidad crece ante una mudanza. Lo que hay que cambiar es la perspectiva de percepción de la mudanza.
Finalmente, sucede muy a menudo que confundimos cambiar y perder algo. Es como el dicho «sabes lo que pierdes, pero no sabes lo que encuentras». Sin embargo, esta confusión es a menudo falsa.
No debemos olvidar que somos ante todo seres proyectistas, como diría Lacroix. Nada es fijo, estamos en constante evolución y nuestros proyectos son en sí mismos lo que nos motiva y nos permite vivir.
También es importante señalar que el hombre no es lo que es, es lo que no es, como dice Sartre. Así que sí, este miedo es también un deseo, un deseo en sí mismo ontológico. Para muchas personas, el cambio ya no es una utopía, se convierte en una necesidad, una necesidad que está firmemente arraigada en nuestras costumbres.
Incluso los desastres ambientales nos desafían a cada uno de nosotros a seguir el imperativo del cambio. Sloterdjik es un buen ejemplo con su ensayo titulado «Debes cambiar tu vida».
¿Cuándo puede considerarse alarmante la evaluación?
El agotamiento es un fenómeno que también existe en el contexto de la mudanza. Los especialistas indican que están incluidos junto a la muerte y la ruptura en la lista de los eventos más traumáticos de la vida. Una mudanza es una prueba, hay que aceptar separarse de los amigos, de los hábitos, de la seguridad de un entorno familiar.
Es esencial entender que el cambio reactiva todas las experiencias previas de separación y trae consigo sufrimiento y dolor. Si la ansiedad y la tristeza se vuelven incapacitantes a diario, puede ser necesario contactar a un especialista.
¿Cómo prepararse y lidiar con el miedo a la mudanza
Para asegurarse de que el día de su mudanza no se sienta angustiado, esto puede consultarlo con su médico o buscar la ayuda de personas expertas en realizar este tipo de trabajo.