El miedo a las puertas – entafobia es una fobia debilitante a menudo asociada con la agorafobia y la claustrofobia. La palabra Entamaphobia deriva de una combinación de palabras griegas ‘Eisodos y portos’ para entrada o entrada y ‘phobos’ que es el Dios griego del miedo.
En cierto modo, el miedo a las puertas es muy similar a la Agorafobia o al miedo a las puertas abiertas. En la Entamafobia, sin embargo, la mayoría de la gente tiene miedo de todo tipo de puertas, independientemente de si están cerradas o abiertas. En los individuos agorafóbicos, por otro lado, hay generalmente una tendencia a evitar salir de las puertas abiertas hacia el mundo exterior. En las personas que sufren de miedo general a las puertas, puede haber una tendencia general a tener miedo a la inseguridad o al miedo a lo desconocido que está fuera.
El miedo a las puertas también está relacionado con la claustrofobia -el miedo a los espacios reducidos-, en la que las víctimas sienten que las puertas cerradas pueden acalambrarse o sofocarle.
Causas de la entamafobia
- Como en la mayoría de las fobias, la entamafobia también tiene sus raíces en el pasado.
- Una persona puede haber tenido una experiencia negativa relacionada con una puerta cuando era niño.
- En un caso, por ejemplo, el paciente describe el miedo que sentía cuando estaba solo en casa, viendo un programa espeluznante en la televisión cuando la puerta que se había dejado ligeramente entreabierta comenzó a crujir lentamente, dándole al paciente una desagradable sensación de «alguien que lo miraba».
- Un niño que crece con un fuerte sentido de dependencia, especialmente hacia su madre, también podría desarrollar entamafobia. Salir solo por la puerta puede ser una experiencia inolvidable para el niño. Además, los niños que nacen indecisos o tímidos también podrían desarrollar el miedo a las puertas abiertas.
- Una experiencia traumática o negativa en la infancia -violencia, abuso, etc. o incluso la muerte de un ser querido- también puede desencadenar el miedo a las puertas.
- El miedo a caminar a través de puertas giratorias podría surgir de la vergüenza, o el miedo a caerse, tropezarse y avergonzarse o lastimarse.
- Las fobias, en general, se derivan de diversos acontecimientos, así como de deficiencias o incluso rasgos genéticos.
- Una persona de mente nerviosa podría desarrollar la fobia repentinamente, particularmente si ya está sufriendo de otros trastornos de ansiedad comunes.
Síntomas de miedo a las puertas
Al igual que en la mayoría de las fobias, también se sabe que la entamafobia da lugar a diversos síntomas, tanto físicos como emocionales. Estos incluyen:
- Llorar, temblar o ponerse histérico al pensar en las puertas o simplemente ante su vista o la idea de caminar a través de una.
- Algunos fóbicos primero miran afuera para ver si hay algún peligro fuera de las puertas.
- Esto se convierte en un hábito que a menudo requiere el ridículo de amigos/familiares.
- Los fóbicos pueden llegar a hacer un gran esfuerzo para cerrar bien la puerta. Podría instalar varios cerrojos en todas las puertas.
- Temblar, sudar excesivamente, temblar, huir de las puertas o tener pensamientos temerosos o negativos de muerte son otros síntomas asociados con esta fobia.
- El mareo, la angustia gastrointestinal, el dolor de cabeza, la náusea u otros síntomas físicos como el corazón acelerado, la respiración superficial también son típicos en la fobia.
- Muchas víctimas de entamafobia describen sentirse sofocadas o como si «pudieran morir de insuficiencia cardíaca».
Los ataques de pánico a menudo se vuelven tan severos que la existencia diaria de la fobia podría volverse difícil. Tiende a dejar de trabajar o a salir de compras y a hacer otros mandados. Las relaciones también se ponen tensas ya que la fobia a menudo se ridiculiza por tal comportamiento.
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Tratamiento contra el miedo a las puertas
- La programación neurolingüística/PNL y las terapias cognitivas conductuales son algunos de los tratamientos más conocidos para la entafobia.
- Ambos tratamientos llegan a la raíz de la causa del miedo y descubren los patrones específicos que desencadenan los ataques de pánico del paciente.
- Los terapeutas pueden entonces ayudar al fóbico a reemplazar sus asociaciones negativas de puertas por otras positivas.
- La hipnoterapia es otra opción de tratamiento bien conocida para esta fobia que puede ayudar a cambiar la construcción de la mente del fóbico para ayudarle a lidiar con la ansiedad que desencadena el miedo.
- La terapia de desensibilización gradual también podría ayudar en muchos casos; aquí los fóbicos aprenden a exponerse gradualmente a las puertas, tanto abiertas como cerradas, hasta que son capaces de lidiar con su entamafobia en su vida diaria.