Miedo al crimen – Escelerofobia. Es el miedo a los ladrones, a los hombres malos o al crimen en general. La palabra Scelerophobia deriva del latín, «scelero» que significa «maldad o crimen» y «fobos» que significa «temor o miedo profundo».
El temor a la delincuencia es un problema común y prevalente en la sociedad moderna. El nivel o el alcance del miedo a la delincuencia dependen de varios factores como la edad, el sexo, las experiencias pasadas, etc. Otros factores como el vecindario donde uno vive, el origen étnico, etc. también pueden influir en el nivel de miedo.
Hasta cierto punto, el miedo al crimen es normal e incluso esencial para la seguridad y el bienestar. Sin embargo, en la extrema escelerofobia, muchas cosas «normales» se vuelven difíciles para el individuo que sufre. Por ejemplo, uno puede hacer todo lo posible para prevenir el crimen (como cerrar la casa o revisar y volver a revisar constantemente las cerraduras hasta el punto de que se convierta en una obsesión). Muchos se niegan a salir de su casa cuando oscurece o a viajar a lugares solitarios por miedo a ser atacados o robados. Su fobia lleva a una fatiga constante, ya que les hace creer que necesitan estar vigilantes todo el tiempo.
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Causas del miedo al crimen
Como se mencionó anteriormente, muchos factores son responsables del miedo a la fobia al crimen.
El género es el factor de predicción más importante de la delincuencia. Las mujeres temen más a la delincuencia que los hombres debido a la mayor posibilidad de agresiones sexuales. Otros factores como menos habilidades de afrontamiento, irracionalidad, etc. también se atribuyen a niveles más altos de esclerofobia en las mujeres.
También se sabe que las personas mayores sufren de esclerofobia más que los jóvenes. Esto puede deberse a un mayor número de asaltos o a incidentes de tipo «romper y entrar». (Las investigaciones han demostrado que las personas mayores no son el blanco específico de los delitos, pero su nivel de esclerofobia a menudo excede su riesgo de victimización).
La transferencia del trauma que ocurre al ver a un amigo o un ser querido convertirse en víctima de un crimen también puede instigar el miedo hasta tal punto que uno se obsesiona con cerrar las ventanas y las puertas, cerrar las persianas y las cortinas, guardar objetos de valor, etc.
Los delitos pueden ser de diferentes tipos: robo de vehículos automotores o domésticos, agresión sexual, robo, vandalismo, allanamiento de morada, etc. Cada uno de estos crímenes infunde diferentes niveles de temor en las víctimas. Por ejemplo, el robo de cualquier tipo implica armas afiladas, asalto, pérdida o daño de propiedad/dinero, así como que un extraño haga esto. El delito también implica informes policiales, casos judiciales, etc., que se consideran de forma negativa.
La ubicación geográfica también puede provocar temor a la delincuencia, ya que la población de las ciudades tiene más probabilidades de sufrir debido a las tasas de delincuencia más elevadas que las de las zonas rurales.
Del mismo modo, la etnia tiende a influir en el nivel de miedo: las investigaciones han demostrado que los asiáticos son los más temerosos, seguidos por los «grupos negros», seguidos por los grupos blancos.
Los informes de los medios de comunicación y las noticias sobre delitos como el asesinato de adolescentes, la violación de mujeres, el vandalismo de nuevos hogares, etc., aumentan el nivel de temor a la delincuencia. Esto es más cierto en el caso de las personas ansiosas o muy nerviosas que ya sufren de trastornos de ansiedad.
Síntomas de la esclerofobia
Las personas con esclerofobia suelen mostrar conductas de evasión y protección, como negarse a salir por la noche. Muchos tienden a obtener medidas de protección como perros guardianes, cercas eléctricas, sistemas de seguridad con alarmas o unirse a clases de autodefensa y otros programas de vigilancia de crímenes en el vecindario. Algunos tienden a exagerar y obsesionarse en revisar y volver a revisar sus cerraduras.
Síntomas físicos de Scelerophobia incluyendo tener un ataque de pánico completo al pensar en el crimen o ser atacado. Llorar, temblar, llorar, temblar son otros signos de esclerofobia. Estas personas están constantemente vigilantes y nunca se relajan, lo que puede ser una experiencia agotadora para ellos.
Superar el miedo al crimen
A menudo, las personas que tienen miedo de la delincuencia esperan que el gobierno y la policía les ayuden. Sin embargo, es posible que estos organismos no siempre estén en condiciones de detener o prevenir la delincuencia. En tales casos, el fóbico puede recurrir al vandalismo o tomar el asunto en sus propias manos.
Por lo tanto, es vital que el gobierno tome todas las medidas necesarias para educar a la gente sobre el crimen y también para ayudarles a encontrar formas de proteger a su comunidad al mismo tiempo que se reducen sus temores personales.
El miedo al crimen es tanto una responsabilidad social como individual. Aquellos que han sido diagnosticados clínicamente como escélerofóbicos deben recurrir a la evaluación clínica y a la psicoterapia. Se sabe que la desensibilización gradual o sistemática, el contra-acondicionamiento, el hipnotismo y la PNL o las terapias de programación neurolingüística ayudan a superar este miedo.
Leer las estadísticas y educarse sobre los incidentes reales del crimen en su área residencial también puede ser beneficioso en la superación de la Escelerofobia.