Miedo al fuego o pirofobia es un miedo al fuego, que puede considerarse irracional si va más allá de lo que se considera normal. Esta fobia es antigua y primordial, tal vez desde que la humanidad descubrió el fuego. Tener «miedo» al fuego es natural. Este miedo tiene la intención de protegernos de los posibles peligros que este último puede representar (el fuego en particular). Por otro lado, cuando el miedo se vuelve incapacitante, hablamos de fobia.
En este caso, es un conjunto de comportamientos, pensamientos no aptos para el fuego. Aquí hay algunos ejemplos:
- Miedo irrazonable a ser quemado,
- Imposibilidad o gran dificultad para manejar objetos que puedan generar fuego (por ejemplo, más ligeros),
- Imposibilidad o gran dificultad para ver imágenes y vídeos relacionados con el fuego.
- En todos los casos, el paciente es plenamente consciente de la naturaleza irracional y excesiva de su miedo.
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Causas
La causa más común de la pirofobia es que el fuego representa un peligro potencial, como el incendio de una casa, el incendio forestal y el incendio. Algunas personas que son intensamente pirofóbicas no pueden ni siquiera acercarse o tolerar un pequeño fuego controlado, como una chimenea, una hoguera o una vela encendida. En muchos casos, una mala experiencia de la infancia con el fuego puede haber desencadenado la afección.
Síntomas del miedo al fuego
Si una pirofobia ve fuego, la persona puede sudar y sufrir mareos o malestar estomacal. Una persona con pirofobia severa que ve fuego puede entrar en pánico y experimentar respiración rápida, latidos irregulares del corazón, falta de aliento, náuseas, sequedad de boca, temor, sentirse atrapado y puede temblar o desmayarse.
Tratamientos
La primera tarea del psicólogo será evaluar el alcance de la fobia (consecuencias sociales, personales, edad del trastorno). Luego, se propone una primera orientación terapéutica. La mayoría de las veces, este tipo de fobia se trata relativamente bien una vez que el paciente tiene un deseo real de cambio.
La terapia de exposición es la forma más común de tratar la pirofobia. Este método consiste en mostrar a los pacientes los fuegos en orden de aumento de tamaño, desde un cigarrillo encendido hasta una estufa o una llama de parrilla.
Otro método de tratamiento es la terapia de conversación, en la cual el paciente le dice al terapeuta la causa de este miedo. Esto puede calmar al paciente para que tenga menos miedo del fuego controlado. Las personas pueden aliviar la pirofobia interactuando con otros pirofóbicos para compartir sus experiencias que causaron miedo. Alternativamente, la pirofobia puede ser tratada con hipnosis.
La medicación también se puede utilizar para tratar a las personas pirofóbicas, aunque como tiene efectos secundarios, el método no es muy recomendable.