En busca de la felicidad: Historia y presente de la Psicología Positiva

Desde Aristóteles hasta los actuales enfoques científicos basados en las fortalezas de la persona. La Psicología Positiva ha avanzado en la historia gracias al estudio las variables que influyen en el bienestar del ser humano.

Psicología Positiva

Aunque hace muchos siglos no se la llamaba “Psicología Positiva”, los antecedentes que le dieron origen a este método científico se remontan hasta uno de los padres de la filosofía y el pensamiento.

En efecto, Aristóteles dedicó buena parte de su obra al análisis de la “eudaimonía”, un término griego que hace referencia a la felicidad. Por ende, y dado que la Psicología Positiva procura aliviar el dolor emocional quitando el foco de aquello que nos genera malestar, podrían entenderse estos estudios como el origen más antiguo de la Psicología Positiva.

Fue en el siglo XX cuando psicólogos como Abraham Maslow o Carl Rogers, continuaron avanzando por lo que hoy se considera una antesala de la Psicología Positiva, es decir, la psicología humanista.

Pero fue hacia 1990 cuando Martin Seligman propuso la creación de la Psicología Positiva como corriente específica dentro de la Psicología, destacando la necesidad de continuar investigando aspectos saludables y positivos del ser humano.

Psicología Positiva hoy: Métodos científicos y cambios de enfoque

El Instituto Europeo de Psicología Positiva (https://www.iepp.es/) es referencia en España sobre esta ciencia. Sus conceptos, talleres, terapias y cursos, permiten adentrarse en lo más esencial y actualizado de la Psicología Positiva.

Según estos expertos, la Psicología Positiva “ayuda a aliviar el dolor emocional poniendo el foco en los recursos que sí tienes y no sólo en lo que te genera malestar”, comienzan a explicar. “Conseguirás desarrollar habilidades de afrontamiento nuevas en pocas sesiones y disfrutar de la vida a pesar de las dificultades”, aseguran.

Uno de los métodos que utiliza es el creado por el mismo Seligman, llamado PERMA, por sus siglas en inglés: Positive emotions (Emociones positivas), Engagement (Compromiso), Relationships (Relaciones positivas), Meaning (sentido) y Accomplishment (Logro).

El IEPP, por su parte, propone un método llamado FORTE que mide las fortalezas, pone su énfasis en equilibrar y evalúa la mejora para medir el impacto de los ejercicios.

En busca de la felicidad auténtica y el bienestar

En la historia de la Psicología Positiva, las bases sentadas por Martin Seligman han marcado un antes y un después.

A principios del siglo XXI, este psicólogo y escritor estadounidense, propuso una combinación de tres aspectos para tener felicidad: la vida placentera, comprometida y con significado. En efecto, se trata de buscar sentimientos de emociones positivas como alegría, gratitud, inspiración. Al encontrarlas satisfactorias, nos llevan a comprometernos con un objetivo determinado y ponernos al servicio de algo más grande que nosotros mismos.

Sin embargo, “la Psicología Positiva no niega las emociones negativas ni te obliga a ser feliz”, sintetiza Dafne Cataluña del IEPP, sino que “se centra en lo que sí tienes para mejorar el bienestar psicológico”.

De hecho, la Teoría del bienestar también es un hito histórico para el avance de la Psicología Positiva y tuvo lugar en el 2011 como una evolución de la teoría de la auténtica felicidad, en la que Seligman concluye que existen cinco elementos para el bienestar, y los concentra en el modelo PRISMA: Positividad, Relaciones positivas, Involucramiento, Significado y Metas alcanzadas.

La Psicología Positiva y el desarrollo personal

Desde sus antecedentes en los filósofos de la antigüedad, pasando por sus piedras fundamentales en el S XX y XXI y llegando a nuestros días, este método científico ha avanzado constantemente.

Actualmente, se encuentra muy ligado a métodos y técnicas que buscan el desarrollo personal basándose en las fortalezas de la persona. En este sentido, el IEPP, con un equipo multidisciplinar de 50 profesionales, nueve delegaciones en tres países y más de una década de experiencia, han sido pioneros al utilizar técnicas de la Psicología Positiva en sus centros.

Para lograrlo, llevan a cabo diferentes programas tanto en forma presencial como online, abordando Confianza, Autoestima, Mindfulness, Gestión Emocional y Talleres gratuitos.

También en los ámbitos profesionales y empresariales

Los avances de la Psicología Positiva no solo se aplican en terapias individuales, sino también al coaching profesional y al ámbito empresarial.

Según explican los responsables del IEPP, el coaching profesional “consiste en una relación profesional continuada que ayuda a obtener resultados extraordinarios en la vida, profesión, empresa o negocios de las personas”. Mediante el proceso de coaching, la persona profundiza su conocimiento, aumenta el rendimiento y, en definitiva, mejora su calidad de vida.

Aprender de las experiencias negativas

Aunque durante su evolución histórica la Psicología Positiva haya estado ligada a conceptos como la felicidad y el bienestar, “no niega de forma radical lo negativo, ni está en contra de las emociones negativas cual talibán haría en plena guerra, ni mucho menos, podemos decir que desde la Psicología Positiva se trabaja en mejorar lo que menos nos gusta y enfatizar y potenciar nuestras fortalezas personales, aquello que se nos da realmente bien”, indica Sonia Castro, psicóloga del IEPP.

Buena parte de los estudios y análisis de la Psicología Positiva a lo largo de los siglos, se han orientado a reorientar la vida de personas luego de situaciones traumáticas, desde una construcción positiva de la misma, pero sin ignorar las emociones negativas.

“Las personas que han sufrido traumas, problemas realmente importantes, adversidades y grandes dificultades con las que lidiar, nos explican todo el aprendizaje que de ello han obtenido. Investigación empírica sobre este aspecto está avanzando cada vez más, pudiendo evidenciar que el crecimiento postraumático se produce en una gran parte de las personas que sufren un trauma”, agrega Castro.

En definitiva, este método científico ha evolucionado y se adapta a los conflictos más esenciales del ser humano de ayer, hoy y siempre.

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