El miedo a la sangre o hematofobia como también se le conoce se define como un miedo intenso a la sangre. Sin tratamiento, esta fobia bastante común puede volverse incapacitante cuando el sujeto necesita cierto cuidado médico.
Aspectos relevantes
- La hematofobia o la fobia a la sangre es un miedo excesivo e irracional, desencadenado por la visión de la sangre (la propia o la de otra persona) en la vida real, en imágenes o en la pantalla (un hematófobo apenas puede ver una serie médica).
- Dependiendo de la intensidad de la fobia, unas pocas gotas de sangre pueden ser suficientes para causar malestar.
- La hematofobia también puede experimentar ansiedad severa de antemano, por ejemplo, acerca de tener que hacerse un examen de sangre.
- Un punto particularmente molesto: el miedo a ser confrontado con la propia sangre es tan fuerte que un hematófobo puede renunciar a un examen médico o a la intervención que necesita.
También hay que tener en cuenta que la hematofobia suele ir acompañada de belonefobia (miedo intenso a las agujas): una «doble pena» para los sujetos que necesitan inyecciones regularmente (inyecciones diarias de insulina para la diabetes, por ejemplo).
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Síntomas
- Los síntomas de la hematofobia son muy particulares.
- Para simplificar, podemos decir que el cuerpo reacciona en dos etapas.
- En la primera fase, la ansiedad causada por la vista (o el pensamiento) de la sangre causa un aumento en la frecuencia cardíaca, la respiración y la presión arterial.
- La segunda fase está marcada por un malestar vagal, que resulta en una disminución de la frecuencia cardíaca, una disminución de la tensión y debilidad muscular.
- Entre los hematófobos, esta incomodidad a menudo lleva a la pérdida del conocimiento.
Causas de la hematofobia
- A veces el miedo a la sangre es directamente atribuible a un evento traumático en el pasado del sujeto, por ejemplo si ha sido víctima o testigo de un accidente grave.
- Pero en muchos casos, el desencadenante de la fobia es difícil, si no imposible, de determinar con precisión.
- Sin embargo, podemos recordar que este miedo a la sangre generalmente se refiere al miedo a morir, a desangrarse.
Tratamiento
- La psicoterapia es a menudo eficaz contra la hematofobia, como lo es para otras fobias.
- Usted puede considerar un psicoanálisis para encontrar el origen de su miedo a la sangre, o puede enfrentar gradualmente su miedo con la ayuda de la terapia cognitiva y conductual.
- En algunos casos, también es necesario un tratamiento ocasional con medicamentos, generalmente con antidepresivos o ansiolíticos.
- Otros enfoques también son posibles, como la hipnosis o EFT (Técnica de Libertad Emocional).
- Esta última es una técnica de acupresión: consiste en aplicar presión con los dedos sobre determinados puntos de acupuntura.