Miedo al agua o hidrofobia, también llamada aquafobia, es un pánico y un miedo irracional al agua. Cuando no se trata, esta fobia común puede tener manifestaciones más o menos discapacitantes en la vida diaria.
Características
- Como todas las fobias, la hidrofobia se define como ansiedad intensa, irracional e incontrolable.
- La ansiedad se centra aquí en el elemento acuático: puede manifestarse a la vista del agua, en contacto con el agua o en su simple evocación, según el caso.
Dependiendo de su intensidad, la hidrofobia puede perturbar más o menos la vida cotidiana:
- En sus formas más leves, el miedo se desencadena principalmente por las grandes masas de agua (lago, mar).
- Pero una persona que sufre de una forma más severa puede tener miedo a la lluvia, a una bañera llena de agua, a salpicarse al pasar por una fuente, etc…
En la mayoría de los casos, una persona hidrofóbica hará todo lo posible para evitar encontrarse en una situación de ansiedad:
- Por ejemplo, rechazará sistemáticamente las invitaciones a la playa o trabajará lo más lejos posible del mar.
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Síntomas de hidrofobia
Además de la ansiedad incoercible causada por el agua, la hidrofobia suele ir acompañada de diversos síntomas físicos como:
- Sudoración,
- Palidez,
- Trastornos del ritmo cardíaco,
- Hiperventilación,
- Temblores,
- Mareos,
- Entumecimiento de las extremidades.
- La pérdida de conocimiento también puede observarse en los casos más graves.
Causas
- La hidrofobia puede ser causada por un evento traumático y angustioso de la niñez, como un ahogamiento cercano.
- No es necesario que el niño sea víctima del accidente para desarrollar este tipo de fobia en la edad adulta: puede bastar con haber sido un testigo impotente de la escena.
- También sucede que el origen exacto de la hidrofobia es difícil de identificar claramente.
Tratamiento para el miedo al agua
- Clásicamente, la hidrofobia se combate con la ayuda de la psicoterapia. En efecto, un psicoanálisis puede ayudar a descubrir la causa de la fobia para curarla mejor.
- Las psicoterapias cognitivo-conductuales, que a menudo son eficaces contra todo tipo de fobias, le permiten enfrentar gradualmente el agua para domar su miedo.
- Algunas veces, también se pueden prescribir medicamentos, como ansiolíticos o antidepresivos, junto con psicoterapia.
- Además, existen otros enfoques posibles para combatir la hidrofobia, como la hipnosis terapéutica.
- Piensen también en los cursos hidrofóbicos (o acuafóbicos), especialmente organizados por algunos centros náuticos o piscinas municipales.
- Supervisados por un salvavidas, ayudan a combatir su miedo al agua y a nadar mejor.
Información adicional
- Se estima que del 10 al 15% de la población sufre de esta fobia en algún momento de su vida.
- Puede ocurrir en diferentes grados, desde incomodidad y pánico hasta la simple idea de tener que entrar al agua.
- Algunos hidrofóbicos son incapaces de poner la cabeza bajo el agua, otros no pueden nadar si no tienen pie.
- La hidrofobia no es un comportamiento aprendido.
- El origen de este miedo es a menudo una experiencia dolorosa (accidente, trauma) o simplemente el hecho de no haber aprendido nunca a nadar.
- Cabe señalar que algunos padres hidrofóbicos pueden transmitir inconscientemente sus temores a sus hijos advirtiéndoles sobre el agua y sus peligros con demasiado celo.
- Si el niño tiene poca oportunidad de usar las piscinas y las orillas del mar, puede sentirse incómodo en el agua, evitar nadar y desarrollar gradualmente sus propios temores.
- La hidrofobia no causa sufrimiento y requiere atención médica o medicación. Impide nadar y a menudo también otras actividades acuáticas.
- Sin embargo, este miedo puede ser muy discapacitante desde el punto de vista social y familiar.
- Por ejemplo, padres o abuelos que, con miedo en el estómago, no pueden acompañar a sus hijos y nietos a la piscina o al mar, jugar con ellos en el agua o garantizar su seguridad.
Algunos consejos
- Tomar cursos especializados en piscinas.
- Estos últimos son cursos de desensibilización ofrecidos por algunas empresas. Usted está expuesto gradualmente a situaciones angustiosas y aprende gradualmente a manejar su miedo.
- Primero se siente cómodo en aguas poco profundas, luego aprende técnicas de natación y finalmente aprende a controlar su miedo en aguas profundas.
- La duración del entrenamiento varía según la frecuencia y regularidad de las sesiones, el grado de hidrofobia y la motivación.
- Por supuesto, es poco probable que las hidrofóbicas se conviertan en campeonas de natación, pero su fobia desaparece, incluso si algunas personas permanecen aprensivas.