Psicología positiva: Qué es, cuáles son sus técnicas y para qué sirve

La psicología positiva esta compuesta de estudios científicos y prácticos que atienden tanto a las fortalezas como a  las  debilidades del ser humano, aunque ponen el foco en las primeras. La gratitud, las segundas oportunidades y la reflexión, son algunos de los ejercicios que buscan reforzar y potenciar las emociones positivas.

Christopher Peterson, uno de los padres de la Psicología Positiva, la definía como “el estudio científico de lo que hace que la vida valga más la pena. Es la llamada de la psicología científica y práctica para estar tan preocupados por las fortalezas como por las debilidades. Tan interesados en construir cosas mejores en la vida como en reparar lo que está peor. Y tan relacionado con crear vidas plenas en gente normal como en curar patologías”.

Esta definición resume la esencia de un tipo de psicología que sin duda ha venido a cambiar el enfoque de muchos profesionales del sector preocupados por encontrar alternativas para tratar a sus pacientes desde una forma diferente a la que se utiliza de forma tradicional.

Los creadores e integrantes del Instituto Europeo de Psicología Positiva son los mayores referentes en la psicologia positiva y aseguran que lo más destacado de este estudio científico “es que decide, de forma deliberada, poner su punto de atención en lo que sí tiene la persona, en lo que está haciendo bien”.

La base de la psicología positiva

Como todo estudio científico, los avances de la psicología positiva se basan en investigaciones previas y actuales sobre el tema. Muchas de ellas han sabido demostrar que al poner el foco en sus fortalezas, las personas obtienen más energía, mejores resultados, más rendimiento y poder para construir y tomar nuevas decisiones.

Esta es la base sobre la que se levanta la psicología positiva y su método científico. Porque, diferencia de las pseudocienciencias con las que muchas veces se la confunde, la psicología positiva se basa en un método científico consolidado.

Es decir, todos modelos y ejercicios que plantean los autores se han estudiado y validado previamente para demostrar su efectividad en un sector de la población. Ninguna técnica es fruto del azar o el efecto placebo.

La psicología positiva busca que las personas se sientan más felices con sus vidas

Dafne Cataluña, fundadora del IEPP, ha acompañado a más de 500 personas en mejorar su bienestar y eliminar ese dolor emocional que se materializa en forma de obsesiones, dependencia, obesidad incontrolable, tristeza profunda, etc.

Su experiencia le permite afirmar que “no nos podemos quedar solo en disminuir o quitar ese sufrimiento sino que el psicólogo también está para poder construir habilidades de afrontamiento nuevas a través de las fortalezas que permitan a las personas el poder florecer y sentirse más felices con sus vidas”.

Es decir, no se trata de “obligarse a ser feliz”, sino más bien saber que las emociones desagradables también son necesarias para crecer y aprender, además de constituir una parte inherente del ser humano.

Sin embargo, la Psicología Positiva se enfoca en lo que sí funciona, en las fortalezas de la persona.

Algunas técnicas de la psicología positiva

El ejercicio de “Gratitud Sincera” es un ejemplo que permite ilustrar cómo se trabaja en este método. Para la psicología positiva, la fortaleza de la gratitud es fundamental en nuestro bienestar y calidad de vida. En este experimento de observación, la persona debe apuntar cada día durante una semana el número de veces que dice “gracias” y la información no verbal de las personas que hayan recibido el agradecimiento.

Los resultados pueden demostrar que no es necesario dar las gracias tan a menudo ya que si lo hacemos con tanta frecuencia, los otros no reaccionan. Más bien se trata de buscar formas alternativas de mostrar ese agradecimiento, para que genere un impacto en la persona, en quien lo recibe y en su relación.

Sonia Castro, otra psicóloga del IEPP explica el ejercicio de “La Segunda Oportunidad”, también utilizado en la psicología positiva. Tiene que ver con la fortaleza del perdón y consiste en “una visualización guiada durante unos 15-20 minutos para tomar distancia de las emociones negativas y permitirte cuestionarte y aumentar el repertorio de respuestas adaptativas”.

Otra técnica puede desarrollarse tras recordar el dolor causado por un agresor/a. La persona imagina que le escribe para contarle qué ha pasado, qué le ha hecho, cómo se sientes y cómo piensa vengarse. Luego de visualizar al agresor leyendo esta carta, la persona imagina que la vida le ha dado una segunda oportunidad y escribe una segunda carta. “Cuando la fortaleza del perdón está muy poco desarrollada este mecanismo de visualización es menos agresivo y muy útil en el desarrollo personal y la propia inteligencia emocional”, explica la profesional.

Método PERMA: Un modelo de bienestar

Este modelo ha sido desarrollado por el arrollado por el padre de la Psicología Positiva, Martin Seligman, quien afirma que existen 5 componentes que tienen presentes las personas que afirman sentirse felices:

  • Positive emotions (Emociones positivas)
  • Engagement (Compromiso)
  • Relationships (Relaciones positivas)
  • Meaning (sentido de la vida y desarrollo de objetivos que van más allá de uno mismo)
  • Accomplishment (Logro de metas que nos motive conseguir)

Según la fundadora del IEPP, Dafne Cataluña, “conocer estos componentes te permitirá decidir a cuál quieres prestar atención para dedicarle tiempo, por ejemplo, si decides que quieres incrementar las emociones positivas en tu vida podrás decidir dedicar tu tiempo a actividades que te infundan esas emocione y no otras”.

En definitiva, la psicología positiva empeña todo su estudio, investigación y práctica a encaminar a la persona en la búsqueda de la felicidad gracias al desarrollo de sus fortalezas.

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